En cada espacio del pabellón 8B del penal Cristo Rey en el pueblo de Cachiche, departamento de Ica, Perú, se respira la esperanza de un cambio real por la fe en Dios que, según los 354 reclusos que allí cumplen condena, “es divina y para siempre”.
Este pabellón para reos primarios, creado en el 2008, tiene a todos los que lo habitan con una Biblia en la mano. Todos sus internos forman parte de la iglesia cristiana “La mano de Dios tocó mi corazón”, que la semana pasada cumplió un año de haber sido fundada.
El director del penal, Jorge Mateo Suyo, sostiene que la fe es un complemento a su resocialización y posterior reinserción a la sociedad. En paralelo, todos los internos llevan terapias de psicología y terapias grupales e individuales para tratar de modificar la conducta que los llevó a estar presos.
Cada integrante de esta iglesia, cuyo fundador es Henry Ames León, porta una Biblia y permanecen con ella gran parte del día. Solo la dejan cuando laboran en uno de los talleres del programa “Cárceles productivas” que tiene la penitenciaria.
Para su primer aniversario, los reos invitaron a las congresistas Betty Ananculí Gómez y Tamar Arimborgo; a la alcaldesa de Ica, Emma Mejía, y al director de la Oficina Regional de Lima del Instituto Nacional Penitenciario (INPE), Rubén Ramón Ramos.
Todos coincidieron en sugerir que esta iglesia debe extenderse al resto de pabellones e incluso a los 68 penales del país.
“No desmayen en ese trajín de lograr sus sueños y posterior reincorporación a la sociedad. Logren su cambio en base a la fe”, dijo Ramón.
La alcaldesa Mejía no se quedó atrás y se comprometió a ceder espacios a los internos para que puedan vender sus productos en ferias municipales y así puedan obtener recursos para brindar apoyo a sus familias.
Ramón agregó que el penal iqueño tiene un hacinamiento del 80%. Cristo Rey tiene una capacidad para albergar a menos de dos mil reclusos, pero ahora llega a los 4 mil 815 internos. Añadió que dicho problema, se vive en el resto de penales, donde el hacinamiento llega al 132%.
Pueblo de brujas
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El pueblo de Cachiche, en el departamento de Ica, ha sido sinónimo de hechicería para muchos peruanos.
Es conocido como un “pueblo de brujas”, ya que en el pasado albergó a innumerables mujeres que, de acuerdo con los mismos iqueños, poseían “poderes sobrenaturales”. Los lugareños mencionan que servían para extirpar los males del cuerpo y preparar brebajes para diversas santerías.
Se dice que la bruja más famosa de Cachiche fue Julia Hernández Pecho Viuda de Díaz. Cuentan que murió a los 106 años, luego de una vida llena de brebajes y hechizos.