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Metodistas ven útil “reiniciar” iglesias, pero hay un peligro

Hace dos años, la Iglesia Metodista Vineyard en Hutchinson, Minnesota, estaba en problemas.

La asistencia había estado disminuyendo constantemente durante años, y el puñado de miembros que mantenían las cosas funcionando se estaba agotando. Mientras la iglesia todavía mantenía su presupuesto, había claras señales de que la situación se volvería muy difícil para la congregación de unas treinta personas.

Se hicieron planes para dar la bienvenida a un par de pastores nuevos que dirigieran Vineyard y fusionar la congregación con una iglesia más grande de la ciudad. Cuando la fusión no prosperó, la joven pareja de pastores y sus congregantes de mayor edad sólo tuvieron una opción: cambiar o cerrar.

 El modelo parece estar funcionando.

Eligieron cambiar. Sacaron las bancas que habían sido instaladas por los abuelos de los miembros. Cancelaron eventos como una cena anual de pavo, una tradición comunitaria muy querida, para centrarse en discusiones sobre cuál sería la visión de la iglesia. Poco a poco modificaron los servicios domingo a domingo.

“Todo lo que hicimos, cada reunión que tuvimos, cada conversación que tuvimos, simplemente tratamos de ser casi como animadores”, asegura el copastor Jim Hein. Los primeros cambios fueron los más difíciles, según Hein. Pero cada uno generó confianza para el siguiente.

  La Iglesia Metodista Vineyard en Hutchinson, Minnesota

 

Aunque puede ser doloroso para los miembros más antiguos de la iglesia, muchos aseguran que tener un “reinicio” puede ayudar a revertir la reducción en los números y dar nueva vida a las congregaciones. Pero los líderes deben tener cuidado de no alienar a los miembros más antiguos de la congregación, quienes pueden sentir que están siendo expulsados para dejar espacio a nuevas personas.

La iglesia Vineyard fue “relanzada” en octubre pasado con una asistencia promedio de alrededor de 85 personas. Es uno de los varios “reinicios” eclesiásticos exitosos en el área Dakota Minnesota llevados a cabo por la Iglesia Metodista, según su obispo, el reverendo Bruce Ough. Estos “reinicios” han sido parte de la “Jornada hacia la vitalidad” de la Conferencia Anual Metodista Unida de Minnesota desde que Ough asumió el cargo hace unos siete años.


 Los miembros más antiguos se sienten reemplazados.

Ese plan estratégico también incluye ayudar a las iglesias a “relanzar su ciclo de vida” sin cerrar y comenzar de nuevo, así como plantar nuevas iglesias, ofrecer opciones de servicios en línea, comenzar nuevos servicios para las poblaciones que aún no asisten a la iglesia y llegar a inmigrantes y grupos étnico, según explica el obispo.

Parece estar funcionando.

La Conferencia Anual de Minnesota había estado en declive por mucho tiempo, afirma Ough, cerrando iglesias y perdiendo del 1 al 2% de asistencia promedio cada año.

En 2018, tuvo un pequeño aumento en su asistencia promedio por primera vez. El aumento del 1% llevó su promedio de asistencia semanal a 28.968, según la conferencia.

“Estamos revirtiendo la tendencia de las iglesias metodistas en Norteamérica, y estamos revirtiendo la tendencia de las principales iglesias protestantes”, dice Ough.

  Los jóvenes pastores Sarah y Jim Hein de la iglesia Metodista Vineyard. / Crow River Media

 

Pero un “reinicio” nunca es fácil. Y a veces las cosas se pueden salir de control.

Ese fue el caso en una iglesia que recientemente apareció en los titulares donde los miembros de mayor edad acusaron a los líderes de la iglesia de expulsarlos de la congregación.

La iglesia surgió de la fusión en 2008 de la Iglesia Metodista Woodbury en Woodbury, Minnesota, y la Iglesia Metodista Peaceful Grove en la vecina ciudad de Cottage Grove, según informa el pastor principal Dan Wetterstrom.

Esa fusión creó una nueva iglesia conocida como Iglesia Metodista de Grove, que continuó reuniéndose en ambos lugares.

“La esperanza era que, al reunir a las dos congregaciones pudiera haber un renovado sentido de misión en ambos campus y que pudiéramos revitalizar el campus de Peaceful Grove”, asegura Wetterstrom.

Mientras que el campus en Woodbury ha crecido a unas 400 personas, el campus en Cottage Grove ha “seguido luchando y experimentado un declive”, explica el pastor.

Sin embargo, los miembros más antiguos del campus de Cottage Grove, que en su mayoría son personas mayores, sienten que han sido apartados y que se les está quitando su iglesia, según informes.

La Iglesia Metodista sigue siendo la denominación protestante más grande en los Estados Unidos con poco menos de 7 millones de miembros estadounidenses, según datos de la propia denominación. Pero eso es inferior a los más de 10 millones que tenía en los años sesenta y setenta.

Pero existe una gran brecha generacional entre los Metodistas de Estados Unidos. Según el Foro Pew, más de la mitad de todos los metodistas de Estados Unidos (62%) tienen más de 50 años.

Publicado en: EVANGÉLICO DIGITALEEUU – Metodistas ven útil “reiniciar” iglesias, pero hay un peligro

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