Juez determina que padre no tiene derecho a parar tratamiento con hormonas masculinas de su hija

Una menor de 14 años de edad recibirá un tratamiento de testosterona pese a las objeciones de su padre. Así lo dictaminó un juez de la Corte Suprema de Columbia Británica en Canadá. Según el juez, la negativa del padre a aceptar el tratamiento equivaldría a “violencia familiar”.

Según informa National Post, la niña, conocida como “A.B.”, ha estado en el centro de una compleja batalla legal pues su madre apoya la transición médica, que terminará con la pubertad natural de la niña, pero el padre se opone. La madre ha expresado preocupación de que su hija intente suicidarse si el tratamiento se retrasa.

“Toda la evidencia con respecto a las necesidades médicas de A.B. … me llevan a la conclusión de que su tratamiento hormonal no debe demorarse más”, escribió el juez. “Aunque el padre de A.B. no da su consentimiento al tratamiento, estoy convencido de que el consentimiento de A.B. es suficiente para que el tratamiento continúe”.

El fallo establece que la niña, ahora en noveno grado, comenzó a sentirse como del sexo opuesto a la edad de 11 años, y que el intento de dirigirse a ella por su nombre de nacimiento y pronombres femeninos fue un intento de “persuadirla para que abandonara el tratamiento por disforia de género; dirigirse a ella por su nombre de nacimiento; referirse a ella como a una niña o con pronombres femeninos, se considerará como violencia familiar en la sección 38 de la Familia Ley de Ley”.

El padre del niño expresó sentirse devastado en una entrevista con The Federalist.

“El gobierno ha pasado por encima de mis derechos de paternidad”, dijo. “Están utilizando a A.B. como si fuera un conejillo de indias en un experimento… ¿El Hospital de Niños de Columbia Británica estará allí en cinco años cuando ella rechace su identidad masculina? No, no estarán. A ellos no les importa Ellos quieren números”.

The National Post informó que el padre “proporcionó a la corte declaraciones juradas del Dr. Quentin Van Meter, un endocrinólogo pediátrico en Atlanta, Georgia, y Miriam Grossman, psiquiatra en Airmont, Nueva York, que hablaron sobre los posibles efectos psicológicos y físicos perjudiciales de la transición de género en los niños”.

“Cada uno de esos niños [confundidos de género] tiene una corriente oculta de un problema psicológico que los está haciendo buscar la confusión de género como una forma de explicar cómo se sienten”, dijo Van Meter.