El gobierno de Jair Bolsonaro denunció en la ONU la persecución que sufren los cristianos en lugares donde son minoría. En un discurso, el secretario de Protección Global del Ministerio de la Mujer, Familia y Derechos Humanos, Sérgio Queiroz advirtió sobre la necesidad de garantizar la libertad de religión como una forma de combatir el odio y la intolerancia.
El discurso se realizó en un evento organizado por el gobierno de Polonia, considerado en Europa como ultra conservador y que tiene la defensa del cristianismo como una de sus banderas. Para Bruselas, esta defensa se ha interpretado como una forma de justificar el rechazo a políticas de inmigración más abiertas.
El evento también contó con la participación del gobierno de Irak y la ADF International, una ONG que tiene como bandera la lucha contra la ideología del género y que defiende la enseñanza en casa.
En las redes sociales, Queiroz escribió que era “políticamente incorrecto”. “Hice hincapié en una verdad incómoda de que, aunque muchas religiones sufren en países donde son minoría, los cristianos son el grupo más perseguido del mundo, según informes recientes, especialmente en países donde el cristianismo está prohibido. Esa realidad tiene que cambiar”, escribió.
En el discurso, el secretario considerado como uno de los principales aliados de la ministra de derechos humanos, Damares Alves, recordó que leyó un artículo en el periódico británico The Guardian en el que se revela que los cristianos son los más perseguidos en los últimos años.
En la ONU, ha llamado la atención la posición reciente del gobierno brasileño al incorporar posiciones de base religiosa en su política exterior.
Queiroz, quien es pastor evangélico, recordó que el 87% de los ciudadanos brasileños se declaran cristianos y que deben tener en cuenta “el dolor y la persecución” que otros cristianos han sufrido “en el pasado y en la actualidad en todo el mundo. Por lo tanto, es importante defender el derecho de las minorías religiosas”, dijo.
Queiroz también defendió que la “experiencia brasileña” en la defensa de las minorías “inspira” a los lugares donde las minorías cristianas no pueden tener derechos.