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Evangélicos debaten sobre el apoyo a Trump

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha construido durante su mandato una buena relación con sectores del movimiento evangélico. Líderes de diversos ministerios y pastores han formado parte de su gabinete de consejeros y ha mantenido frecuentes encuentros con líderes y pastores.

Sus decisiones en cuanto a promoción de libertad religiosa, la elección de candidatos conservadores a la Corte Suprema de Justicia o sus declaraciones a favor de la presencia de la fe en la esfera pública han servido para que una parte significativa la iglesia evangélica en Estados Unidos siga respaldando al presidente republicano. Tampoco han faltado críticas desde sectores evangélicos hacia su política de inmigración, sus excesos verbales o algunas decisiones de política internacional.

Pero, el movimiento evangélico estadounidense no es monolítico y una muestra de ello es el editorial publicado por la revista Christianity Today el pasado jueves, en el que Mark Galli defiende que Trump “debe ser echado de la Casa Blanca”, en relación al proceso de impeachment que está en marcha en el Congreso de los Estados Unidos.

Christianity Today es una de las revistas evangélicas más prestigiosas de Estados Unidos. Fue fundada por el reconocido evangelista Billy Graham en 1956 con el objetivo de informar sobre “cómo los cristianos pueden vivir el evangelio y fortalecer a la iglesia y sociedad”. Define su misión como la de “equipar a los cristianos para renovar sus mentes, servir a la iglesia y crear cultura para la gloria de Dios”. En la actualidad alcanza a cinco millones de líderes cristianos cada mes y cuenta con unos 80.000 suscriptores.

El editorialista advierte que el proceso de juicio político en marcha ha mostrado las “deficiencias morales” de Trump. “Ninguna de las medidas positivas (tomadas por Trump) pueden equilibrar el peligro moral y político que enfrentamos bajo un líder con un carácter grosero e inmoral”, comenta Galli.

En su artículo, Galli hace un paralelismo con el proceso a Clinton, que hace 20 años fue sometido a un impeachment -que no prosperó- y ante el cual la revista evangélica se posicionó en contra de la continuidad del presidente demócrata por su falta de ética moral.

“Que creamos que debería salir de la Casa Blanca no responde a lealtades partidistas, sino a nuestra lealtad al Creador de los Diez Mandamientos”, advierte Galli. “No importa cuántas manos ganemos en esta partida de póker político, estamos jugando con un mazo de gran inmoralidad e incompetencia ética”, concluye.

El editorial no tardó en hacerse viral, llegando a ser Trending Topic en redes sociales en Estados Unidos durante el pasado viernes y captando la atención de medios de todo el mundo.

La repercusión del artículo alcanzó incluso al mismo Donald Trump, que respondió en un tuit:

    “Supongo que Christianity Today está buscando que Elizabeth Warren, Bernie Sanders o los de la tendencia socialista/comunista protejan su religión. ¿Y por qué no Sleepy Joe (Biden)? ¡El hecho es que ningún presidente ha hecho lo que yo he hecho por los evangélicos o la religión misma!”

Muchos líderes evangélicos han reaccionado al editorial y la controversia generada en torno al mismo. Uno de los primeros en hacerlo fue Franklin Graham, firme defensor de Donald Trump, que expresó su decepción por el artículo publicado en la revista que fundó su padre.

Franklin Graham dijo en declaraciones a Fox News que su padre “se desvinculó de la revista hace años” y que estaba decepcionado por el “discurso moral” que había usado el editorial, mencionando a su padre, para cuestionar la continuidad de Trump. Añadió además que su padre en 2016 (falleció el año pasado) había votado por Trump, creyendo que era “el hombre para este momento en la historia de nuestra nación”.

Este domingo, un grupo de doscientos líderes evangélicos enviaron una carta al director de Christianity Today en el que cuestionan el editorial. “Describe de forma ofensiva la integridad espiritual y el testimonio cristiano de millones de creyentes que asumen con seriedad sus obligaciones cívicas y morales”, expresa la carta.

“El editorial apoya una acusación partidista, legalmente dudosa y con una motivación política”, afirman estos líderes evangélicos, que se describen como “creyentes bíblicos que simplemente estamos agradecidos de que nuestro presidente haya buscado nuestro consejo, ya que su administración ha avanzado en políticas que protegen a los no nacidos, promueven la libertad religiosa, reforman nuestro sistema de justicia penal, contribuyen a las familias trabajadoras sólidas a través del permiso familiar remunerado, protege la libertad de conciencia, prioriza los derechos de los padres y garantiza que nuestra política exterior se alinee con nuestros valores al tiempo que hace que nuestro mundo sea más seguro, incluso a través de nuestro apoyo al Estado de Israel”. Y concluye: “No solo señala a nuestro presidente, sino que señala a todos los que le apoyan, y a quienes también os han apoyado”.

Entre los firmantes se encuentran algunos de los consejeros evangélicos del presidente, pero también referentes evangélicos como George Wood, presidente de las Asambleas de Dios, Tony Perkins, presidente de Family Research Council, Robert Morris, pastor de Gateway Church en Dallas, el escritor Eric Metaxas, Greg Laurie, pastor de Harvest Christian Fellowship, el exsenador Mike Huckabee o el ex DC Talk, Michael Tait.

A esta carta respondió el presidente de Christianity Today, defendiendo la labor de Galli y lo expuesto en su editorial. “El problema no es que nosotros, como evangélicos, estemos asociados con los nombramientos judiciales de la administración Trump o su defensa de la vida, la familia y la libertad religiosa. Estamos felices de celebrar las cosas positivas que la administración ha logrado. El problema es que nosotros como evangélicos también estamos asociados con la inmoralidad rampante, la codicia y la corrupción del presidente Trump; su divisionismo y la discriminación racial; su crueldad y hostilidad hacia los inmigrantes y refugiados; y más. En otras palabras, el problema es abrazar completamente sin cuestionar. Una cosa es elogiar sus logros; otra cosa es excusar y negar sus evidentes abusos de poder”, expone Timothy Dalrymple en un extenso artículo.

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