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Oración y predicación: receta de evangélicos italianos para los estragos de la mafia

El 3 de mayo se producía un tiroteo en una céntrica plaza de Nápoles, Italia. La motivación del ataque tenía que ver con la actividad mafiosa e iba dirigido a un hombre cercano a un clan de la Camorra. Sin embargo, algunas de las balas impactaron en el cuerpo de una niña de 4 años que se encontraba en la zona.

Según el Instituto Nacional de Estadística de Italia (Istat), entre 1983 y 2017 se registraron 6.663 crímenes relacionados con organizaciones mafiosas en las diferentes regiones del mapa italiano. Un 22% del total de los crímenes voluntarios consumados a escala nacional. 

Aunque, desglosadas por año, las cifras han experimentado un progresivo descenso, la incidencia de la mafia en el territorio sigue siendo incuestionable. “Los datos oficiales del gobierno nos dicen que en los últimos años los crímenes mafiosos han disminuido a razón de unos 30 casos por año, pero es complicado cuantificar el resto de delitos relacionados con el fenómeno mafioso”, señala el coordinador de la Alianza Evangélica Italiana para el distrito norte, Giuseppe Rizza. “El Banco Mundial asegura que la economía sumergida en Italia equivale al 23% del PIB, el 30% en el sur”, añade. 

Pero, más allá del impacto sobre la economía y la seguridad, la incidencia de la mafia permanece arraigada en el imaginario colectivo. “Amigos de Sicilia me cuentan experiencias cotidianas que revelan que la mafia está muy viva y domina diferentes ámbitos de la sociedad y del poder político”, explica la periodista afincada en Italia Verónica Rossato. Precisamente, desde Sicilia, una voz que ha prefirió conservar su anonimato por seguridad aseguró a Protestante Digital “escuchar coches que explotan en la madrugada, disparos y explosiones en tiendas y negocios”. “La mentalidad mafiosa afecta a la población y la gente tiene la mentalidad corrompida; si me pides un favor, mañana yo te pediré otro”, añade. 

En general, los cristianos evangélicos italianos parecen coincidir en que no hay ninguna hoja de ruta marcada para actuar ante esta situación, pero también reconocen que no pueden eludir esta realidad. “Hace poco explotó una bomba al lado de una iglesia porque dos esposas de mafiosos estaban asistiendo a ella”, explica uno de los dos testimonios que han hablado desde Sicilia. 

La oración, el evangelismo, el ayuno y la predicación son las “herramientas” en las que insisten las diferentes personas entrevistadas para este reportaje, a la hora de establecer relaciones con las víctimas y los miembros de la mafia.

“Es una situación muy delicada”, dice la otra voz siciliana. “Hacer algo en el ámbito público es un riesgo de cerrar una puerta antes de abrirse porque si el Señor tiene que obrar en una población donde la mafia está latente y uno va a hacer una exposición pública de evangelismo, es posible que la gente cierre las puertas por temor. Entonces, se debe apelar al evangelismo personal, a orar sin cesar y a confiar en la obra que el Espíritu Santo realice en estas personas”, reitera.

Una calle de Palermo, al noroeste de Sicilia. / Danilo Vieira, Unsplash CC

En un tono de reclamación, Rizza exige “que nos dejen trabajar con las familias debilitadas, con la gente joven en situación de riesgo, que nos dejen llevar la iglesia a las áreas críticas de la ciudad, que nos dejen orar por un mafioso, que nos dejen predicar que ninguna mafia ni comportamiento violento es compatible con el evangelio de Cristo, y llegará el momento en que la mafia no exista”. 

Sin embargo, reconoce que “un acercamiento espiritual no es suficiente”. “Lo que quizá está faltando hoy es el compromiso de enfrentar a la mafia con la atención y la responsabilidad bíblica, teológica y operacional que merece. Después de todo, es el sur de Italia donde se concentra una significativa presencia de iglesias evangélicas”, señala Rizza, que también trae a la memoria dinámicas e iniciativas llevadas a cabo por personas en solitario y que, con el paso de los años, han acabado arrastrando a organizaciones civiles en la protesta contra la mafia. 

¿Y qué hay de la Iglesia Católica al respecto? “A primera vista, parece ilógico relacionar una fe basada en el amor con organizaciones sangrientas, pero las mafias, en general, tratan los símbolos y las prácticas de la religión católica con especial cuidado, desde el rito del bautismo hasta el funeral”, señala Antonio Esposito en un artículo de diciembre del 2018 publicado en la revista jurídica digital Ius in itinere. “Los grupos mafiosos continuamente buscan legitimidad y una pertenencia a la cultura del lugar que se deriva en la participación en rituales y ceremonias religiosas”, remarca. 

Una idea que secunda Rizza, que alerta de que la mafia “trata de apropiarse de símbolos, creencias y pseudovalores cuando puede”. “Con una rica colección de rituales y ceremonias, la religión católica ofrece al ‘hombre de honor’ modelos de identificación”. Sin embargo, Rizza también cita una declaración de 1994, por parte de la Conferencia Episcopal Siciliana, que habla de “la incurable oposición del evangelio de Jesucristo respecto a todos los que, de alguna manera, forman parte deliberadamente de la Mafia”. “Esta declaración se ha reiterado en algunas ocasiones, pero las dudas persisten a nivel local y el proceso todavía parece largo y problemático”, señala. Tan largo y problemático como la misma historia de la mafia. 

Publicado en: EVANGÉLICO DIGITALMUNDO – Oración y predicación: receta de evangélicos italianos para los estragos de la mafia

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